Sé que nuestro trayecto no ha sido nada fácil. Que hemos luchado contra viento y marea para mantenernos de pie. Es imposible elegir de quien nos enamoramos, porque un día de repente sin planearlo ni esperarlo pasa; pasa que comienzas a sentir cosas hermosas por alguien, unos nervios y una sensación distinta al estar con esa persona, con ese ser que ha traído luz a tu vida y es así como descubrí que comenzaba a enamorarme… de ti. Y si pudiese haber elegido de quien ¡te elegiría a ti! aun con aquellos caprichos y desplantes que me haces. Con esa ingenua forma de celarme. Con esa malcriadez que te caracteriza. Esos tiernos y cursis detalles. Tus locos y apasionados besos que sueles plantarme. La forma tan divina de presumirme ante el mundo y de hacerme sentir la mujer más feliz cuando estamos juntos.
Cuando comenzamos nadie nos dijo que sería fácil. Puedo recordar que solamente nosotros dos apostamos a que esto fuese una realidad. Mantenernos unidos a distancia. Hacernos sentir cerca el uno del otro aunque fuese a kilómetros y de antemano sabíamos que sería una tarea difícil y a la vez un tanto dolorosa, pero decidimos arriesgarnos. Decidimos mantenernos tomados de la mano y enfrentar cualquier adversidad que se nos pudiese presentar. Decidimos callar y demostrar que un amor a distancia puede llegar muy lejos y es que ¡cuando se quiere, se puede!
No importa cuánto hable y diga la gente. Sé cuánto me haces feliz. Sé lo dichosa que tú me haces sentir. Lo orgullosa que me siento junto a ti. Y nada es más importante que eso, lo que sentimos cuando juntos hacemos momentos perfectos. Y es que vale la pena la espera. Lo vale cuando te apareces frente a mí y no puedo parar de sonreír